El consumo es una actividad necesaria e inevitable para las personas. Las consecuencias de su ejercicio son evidentes y no todas ellas positivas. Desde la degradación del planeta a la reducción del ciudadano a consumidor hay muchas dinámicas sociales negativas generadas por el consumo ejercido inadecuadamente. Corregir esto demanda, entre otras cosas, convertir el consumo en una potente herramienta de transformación social desde criterios éticos, haciendo en definitiva del consumo un ejercicio de ciudadanía justa y responsable.
Se abordarán, de una manera práctica, cuestiones como la presupuestación y consumo personales y familiares, las finanzas éticas, el consumo de proximidad, el consumo de marcas limpias, las energías alternativas, la participación ciudadana en la economía social y solidaria, etc.
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